Por: JL
El quinteto sueco The Sounds invadió nuestros oídos por primera vez hace nueve años con su pegajoso y ochentero sencillo "Living In America", perteneciente a su álbum debut homónimo. El sonido new wave popero combinado con la potente presencia de su bella líder Maja Ivarsson generaron expectativas alrededor de la banda, la cual surgió en un periodo dominado por agrupaciones denominadas comúnmente como indie.
Cuatro años después, su segundo álbum Dying To Say This To You fue lanzado y la dinámica sonora del quinteto continuó por el mismo rumbo. Fue hasta el 2009 con Crossing The Rubicon cuando los suecos mostraron una clara evolución saltando del pop accesible al pop rock alternativo, logrando que esta producción fuera considerada como una de las mejores del año (me incluyo) debido al gran poder impreso en sus canciones las cuales podían oscilar entre lo rockero, lo cursi, lo bailable y hasta lo épico. Gran álbum lanzado en un gran año (en cuestiones musicales).
El pasado 29 de marzo Something To Die For, cuarto material discográfico de The Sounds, salió al mercado de manera oficial y las opiniones encontradas no se hicieron esperar debido a una cuestión en particular: la banda dio un cambio drástico en su sonido, pasando del pop rock alternativo (que ya había logrado consolidar) al electro pop.
Ha decir verdad, la agrupación si tomó un camino distinto cuando se esperaba de ella que se mantuviera con el mismo enfoque que con su disco anterior, sin embargo, Something To Die For no me desilusionó en lo absoluto, sino más bien, me tomó por sorpresa y supe manejarla de la mejor manera posible, disfrutando de los tracks bailables que lo conforman en su mayoría. No, no es el mejor disco de The Sounds, pero si contiene canciones memorables como las que les presento a continuación:
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