jueves, 21 de abril de 2011

La Crónica: Coachella 2011 - Día 1

Por: JL


Después de haber dormido tan sólo tres horas, tomado un vuelo a las 6 am en el aeropuerto de la Cd. de México rumbo a Tijuana, abordado un shuttle hacia el centro de San Diego pasando por la "nada" conflictiva" frontera con los Estados Unidos, rentado un auto y encaminarnos hacia Indio, California (no sin antes descomponerse el GPS que nos fue proporcionado), finalmente arribamos al Empire Polo Club ubicado en el Valle de Coachella. Para nuestra sorpresa, una cola kilométrica de autos dispuestos a adentrarse al festival se encontraba antes que nosotros; eran las tres de la tarde.

El inclemente sol (que no nos dejaría en paz por el resto de los días) comenzó a hacer de las suyas. "Madres, debimos de haber parado en alguna tienda para comprar agua", error crucial que cometimos y que ahora sabemos debemos considerar en el futuro. Los minutos se convirtieron en horas y, alrededor de las cinco de la tarde, pudimos observar el final de la fila. "Esta entrada es únicamente para estacionar de día, los sitios para acampar se encuentran más adelante" nos comentó un elemento de seguridad. Avanzamos unos minutos más para darnos cuenta que pudimos habernos ahorrado ese tiempo formados ya que la entrada para los campistas se encontraba totalmente desértica (error número 2).

Una serie de filtros de seguridad continuaron ya al interior del área de acampar, mientras varios miembros del staff nos dirigieron hacia nuestro lugar designado por medio de señas y gritos. Armamos la tienda de campaña en un abrir y cerrar de ojos debido a la adrenalina que desde el día anterior nos invadía y nos apresuramos hacia la entrada al festival; eran las 6 pm.

No puedo hallar las palabras para describir la sensación de haber pisado por primera vez el interior del Empire Polo Club, simplemente no podía creer que me encontraba ahí, rodeado de más de 100 mil personas con un objetivo en común: disfrutar al máximo de esta experiencia con la mejor de las vibras y energía posibles. La inmensidad del lugar, sinceramente, es apabullante, puedes llegar a sentirte tan pequeño pero al mismo tiempo trascendente al formar parte de todo el concepto que significa Coachella (o tan siquiera para mí).

Ms. Lauryn Hill ya había comenzado, y nuestra sed estaba a punto de doblegarnos, por lo que optamos por escucharla a lo lejos desde el Beer Garden mientras degustamos un par de cervezas muy frías. La participación de Interpol estaba programada para treinta minutos después, por lo que decidimos dar un vistazo alrededor mientras a lo lejos sonaban los Cold War Kids. De vuelta al Coachella Stage, los neoyorkinos salieron al escenario para dar un show de lo más regular, ya que, aunque lograron prender a la multitud con sus canciones más conocidas, el resto no logró dejar una huella en el ambiente; lástima, esperaba más de ellos.

Brandon Flowers comenzó a sonar a lo lejos desde el Outdoor Stage e hicimos uso de nuestras mejores habilidades como velocistas para no perdernos un sólo segundo más de su participación. La gente reunida era suficiente (por no decir poca), no obstante, tema tras tema, Flowers logró involucrarla, convirtiendo su set en uno de lo más íntimo, profundo y emocionante. "Hoy me topé con unos amigos a los cuales quiero invitar al escenario" comentó Flowers, mientras los miembros de los Killers (con la excepción del baterista Ronnie Vannucci Jr.) tomaron sus instrumentos y acompañaron al vocalista para interpretar "Read My Mind" y "Mr. Brightside"; en un momento giré la cabeza para darme cuenta que una multitud sumamente emocionada nos acompañada brincando, coreando y gritando por lo que estaba presenciando.

La participación de los Kings Of Leon se avecinaba en el escenario principal, por lo que regresamos para apartar lugares con una vista decente. A decir verdad, el sonido de esta banda fue de lo mejor del día, y estaban tocando en su mayoría temas de sus primeras producciones las cuales considero de mejor calidad en comparación de las últimas. Ahora el calor no era nuestro enemigo, sino todo lo contrario. El frío del desierto de California nos obligó a huir hacia nuestra humilde morada (por los siguientes tres días) para cambiar nuestra vestimenta por una más abrigadora. Ya de vuelta, los Kings Of Leon ya se habían retirado.

El último set del día corrió a cargo de los maestros de la música electrónica The Chemical Brothers. Desde el primer bocinazo supe que esto se pondría bien. Una excelente combinación audiovisual se encargó de encender a las ahora más de 150 mil almas presentes en la explanada, llevándolas al éxtasis del baile y el frenesí. El show duró alrededor de dos horas, dejándonos completamente agotados.

Era hora de dormir y recargar pilas, ya que al siguiente día nos esperaba Arcade Fire...

2 comentarios:

  1. Amé ser parte de esto.

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  2. Hola! Yo viajo este año al festival y voy a acampar. Qué me dices del clima nocturno? Hace frío por la noche? Saludos.

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